La temperatura del arte actual

alive

Este martes tuvo lugar A*Live, una segunda edición tras la del 2010 para “tomar la temperatura al arte actual” con invitados de diferentes ámbitos: galeristas, artistas, directores de festivales, comisarios, periodistas. Como se dijeron muchas cosas y está disponible en la web de Arts Santa Mónica, la ubicación escogida, no pretendo hacer una crónica si no participar desde aquí con mí opinión, centrándome en la parte que me toca.

Destacaría el hecho que se mencionó al entusiasmo como motor indiscutible de gran mayoría de pequeñas propuestas existentes. Se repitió varias veces el desamparo político actual en lo referente a la cultura, a lo cual yo sumaría la falta de una estructura económica que proporcione continuidad sin depender siempre del dinero público, algo de raíz y que viene de siempre en las artes visuales (no tanto en otras como teatro o cine, aunque estén en situación precaria también).

Cuando uno decide tirar del entusiasmo para organizar algo, poniendo dinero de su bolsillo y tiempo de su ocio ¿se convierte al final en frustración y rabia viendo que esa semilla apenas de frutos? Las especias están bien como método de pago en algunas ocasiones, pero no para toda una vida, ni pagan facturas. La relegación del arte al tiempo libre es su propia tumba, puesto que se acaba tratando de “la otra actividad”, como si de un hobby se tratara en vez de algo serio como la profesión que, en teoría, es. No hay nada más dañino a corto plazo para su promotor y a largo para el arte mismo.

Es cierto que hay un desamparo ideológico y político que nos lleva a una situación confusa general. A la postre, esta situación se convierte en nada, tal como apuntó Teresa Sesé: la comunidad artística se encuentra dócil y callada ante recortes y el desmantelamiento de toda una red en el momento en el que empezaba a cuajar.

Se agradece esta nueva edición del A*Live, sin duda, una buena idea de A*Desk, pero también queda el regusto de que es un debate sobre el arte para gente del arte, y que si no se va más allá tampoco desembocará nunca en soluciones prácticas. Sería positiva una continuidad de la propuesta para que estos temas se acaben convirtiendo en algo un poco más público, no limitados a la inauguración o al bar de copas entre amigos y colegas. Tomar la temperatura está bien, pero no cura al enfermo.

Un comentario en “La temperatura del arte actual

Deja un comentario